jueves, 16 de julio de 2009

Victor Manuel

CARMINA

Tengo la moza en Oviedo
tienla su padre encerrá,
que nun quier que nos casemos
porque yo nun tengo ná.

Ella estudia con el monje
y nun para de llorar.
Nun me llores más, Carmina,
que esto pronto pasará.

Señor cura, lo ya quiero
y con eso ye razón
pa casarnos, que nun quiero
reñir con suo padre, no.

A las seis estai mañana
en la ermita tai los dos,
que nu hay naide que desfaga
lo que ta fecho ante Dios.

*****

YA NUN TIEN QUIEN´I CANTE

El traje de pana, la casa y la huerta;
el perro y la novia los dias de fiesta.
La burra y el carro y sus cuatro fanegas
y un pozo reseco era toda su hacienda.

Y el duro trabajo,
el día y la noche arañando miseria
que a nadie extrañó que aquella mañana
cerrrara su casa por irse a otras tierras.

Ya nun tien quien´i cante
a esa mozina junto al balcón;
ya nun tien quien´i cante
porque´l su mozu también marchó.

En una cartera la foto de ella,
la duda y la pena son sus compañeras.
Y el agrio silbido de aquel tren tan viejo
que rompe la calma y araña el silencio.

En él se marchó
dejando su tierra bañada en sudor;
en el tren antiguo que araña el silencio
que pasa y se lleva los hombres del pueblo.

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