Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,
ni trajes ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.
Por el cinco de enero
para el seis, yo queriá
que fuera el mundo entero
una juguetería.
Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.
Toda gente de trono
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y un mundo de miel.
Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.
martes, 26 de abril de 2011
Mi niña Lola (autor?)
dime porque tienes carita de pena
que tiene mi niña siendo santa y buenacuéntale a tu padre lo que a ti te pasa
dime lo que tienes, reina de mi casa
tu madre, la pobre, no se donde está
dime lo que tienes
dime lo que tienes
dime lo que tienes
dime la verdad
mi niña Lola
mi niña Lola
se le ha puesto la carita del color de la amapola
mi niña Lola
mi niña Lola
se le ha puesto la carita el color de la amapola
tu no me ocultes tu pena
pena de tu corazón
cuéntame tus amarguras
para consolártelas yo
mi niña Lola
mi niña Lola
ya no tiene la carita del color de la amapola
mi niña Lola
mi niña Lola
ya no tiene la carita del color de la amapola
siempre que te miro mi niña bonita
le rezo a la virgen que está en la ermita
cuéntale a tu padre lo que te ha pasado
dime si algún hombre a ti te ha engañado
hija de mi alma
no me llores mas
dime lo que tienes
dime lo que tienes
dime lo que tienes
dime la verdad
mi niña Lola
mi niña Lola
Mientras que viva tu padre no estarás en el mundo sola
jueves, 21 de abril de 2011
Sindicalismo en Tilinguilandia
Tiempos á, cuando aún no se tenía certeza de la redondez de la tierra, ocupaban parte de la misma los esclavos, que eran unos tipos generalmente negros y de buena contextura física.
Unos señores, con el poder que les daba el dinero, concurrían a lugares donde se encontraban a la venta y canje (un car-one antiguo pero de esclavos en lugar de coches) donde realizaban las operaciones y negociaban los precios. La mercadería era obtenida mediante viajes que realizaban los traficantes, generalmente a territorio africano, donde es sabido abundaban los negritos que eran cazados cual animales salvajes y embarcados en galeones u otro tipo de embarcación para engrosar los stocks en las ferias de esclavos.
La negociación de la compra-venta incluía la revisación del bien: dientes, pies , manos y una vez facturado y escriturado el bien, el nuevo propietario lo llevaba a su casa para destinarlo a las tareas para las cuales fue adquirido, a saber, trabajo en minas, en campos o haciendas, fábricas, también para cortar el pasto, cocinar, limpiar, lavar, planchar. Hubo casos en que el fornido esclavo se ocupaba a escondidas de satisfacer a la insatisfecha señora del patrón.
Eran tiempos de los barbáros quienes se subían a los arbóles para bajar a los pajáros pero a poco la cosa fue cambiando. Los negritos se volvieron menos obedientes y los patrones, que giles no eran, entendieron que había que aflojar las tensiones. En un país norteño apareció un tipo de barba -dicen que fabricaba galletitas dulces- de nombre Abraham quien andaba en busca de fama y tras reuniones y conciliábulos consiguió mediante un DNU -léase decreto de necesidad y urgencia- la abolición de la esclavitud. Hecho que motivó la alegría de los ex esclavos y sus familias numerosas expresándose mediante fiestas y borracheras, bah... cosas de negros. Mientras se realizaban las fiestas, los ex amos miraban los festejos por la tele y sonreían con sorna e ironía. Pasa que antes de don Lincoln, los patrones tenían que invertir dineros en la compra, darles de comer, lugar donde dormir, vestirlos y algún que otro gasto que ocasionaban los esclavos, bien semoviente, que después de pasado un tiempo se devaluaba perdiendo el valor de reventa.
Comienza otra era. Como dice la canción: "cambia todo cambia...."
Los esclavos se convirtieron en trabajadores, ya no hacía falta comprarlos; ahora solamente bastaba con publicar un aviso en el periódico de la zona-Clarín no porque es malo!!!- y de inmediato se presentaban varios entre los cuales el conchabador podía elegir a su antojo. El modelo del aviso era generalmente así:" Se necesita peón de patio, albañil, administrativo, ingeniero en sistemas, o la profesión que se les ocurra". Con el agregado "inútil presentarse sin referencias".
La contratación era sencilla, se establecía el horario de trabajo y a cambio se le abonaba al trabajador un salario, que era un dinerillo que le alcanzaba para subsistir casi todo el mes.
Nada de alimentarlos, ni arroparlos, ni darles vivienda, ellos solitos ahora podián mantenerse.
El festejo le toca ahora a los patrones, el de las galletitas buen favor les hizo.
Pasadas algunas décadas, los antes esclavizados, siempre descontentos e insatisfechos como la famosa gata, comenzaron a pedir y pedir, ..que menos horas de trabajo, que los domingos con la familia, que la navidad, que el día de la madre, hasta tuvieron el tupe de pedir "el día del trabajador". Habrase visto!!!
Pero todo no queda aquí, iban por mas. Despacio y en silencio, al principio, los trabajadores, bajo una piel de cordero , comenzaron a exigir logrando varios de los puntos solicitados, además consiguieron dejar de trabajar antes de morirse (jubilación) y el colmo!!: vacacionar como lo hacían los dadores de trabajo y paga.
Y se agrandaron... ya no iba cada trabajador a discutir con el patrón las condiciones, ahora se reunían y elegían un representante, llamado delegado quien sería el encargado de discutir con la patronal. Nace aquí el llamado SINDICALISMO.
Y para que haya sindicalismo tienen que formarse los sindicatos, a tal fin se empiezan a organizar por actividades, a saber: Sindicato de Aguas Gaseosas, de Ferroviarios, de Camioneros, de Empleados de Comercio, etc. etc. Los delegados que ocupaban puestos en los sindicatos era elegidos por sus compañeros, entre lo mejor del barrio, personal con ciertos ideales y de una moralidad casi impecable. Las reuniones se hacían en alguna casa o esquina donde se elaboraban los puntos que se discutirían con los patrones el día siguiente, volviendo siempre a su puesto de trabajo y al contacto con sus compañeros.
Y siguen pasando los años y ya no son los trabajadores insatisfechos, ahora son sus representantes que van por más. Ya no les interesaba volver al trabajo una vez elegidos como delegados, ya no conducían camiones, ni despachaban detrás de un mostrador, ni reparaban vagones ferroviarios. Los cargos sindicales ya eran deseados por muchos, por lo tanto las elecciones eran mas peleadas y con muchos candidatos. Comenzaron a perpetuarse en el poder, claro que esto tiene su explicación, era tanta la vocación por defender los derechos de sus compañeros que no estaría bien dejar que otros se ocupen quien sabe con que intenciones. Se promocionaban con gran despliegue de publicidad las bandas integradas por los candidatos (léase" listas de candidatos"). Aparecen los custodios, los autos blindados, los procedimientos mafiosos. Esos defensores de trabajadores, con el fin de aumentar en algo su salario, se convierten en prósperos empresarios, pasando de empleados a empleadores. Todo sea por sus
compañeros trabajadores.
Debido a sus actividades sindicales, sin horarios y trabajando a destajo, no siempre pueden volver a su casa a comer ni a dormir con su familia. Tienen que recalar en restaurantes y hoteles, que solo por casualidad son vecinos de otros comensales y huéspedes que resultan ser los patrones contra los cuales ellos otrora discutían.
No estaba bien que culpa de su entrega en la defensa de sus afiliados, tuvieran que vivir en los andurriales, pasando en poco tiempo a comprarse un departamentito de cuatro dormitorios en algún barrio mas agradable, preferentemente country que también por casualidad vienen a ser vecinos de empresarios importantes y poderosos. Acaso no tiene derecho un trabajador a vivir dignamente?
La negociación de la compra-venta incluía la revisación del bien: dientes, pies , manos y una vez facturado y escriturado el bien, el nuevo propietario lo llevaba a su casa para destinarlo a las tareas para las cuales fue adquirido, a saber, trabajo en minas, en campos o haciendas, fábricas, también para cortar el pasto, cocinar, limpiar, lavar, planchar. Hubo casos en que el fornido esclavo se ocupaba a escondidas de satisfacer a la insatisfecha señora del patrón.
Eran tiempos de los barbáros quienes se subían a los arbóles para bajar a los pajáros pero a poco la cosa fue cambiando. Los negritos se volvieron menos obedientes y los patrones, que giles no eran, entendieron que había que aflojar las tensiones. En un país norteño apareció un tipo de barba -dicen que fabricaba galletitas dulces- de nombre Abraham quien andaba en busca de fama y tras reuniones y conciliábulos consiguió mediante un DNU -léase decreto de necesidad y urgencia- la abolición de la esclavitud. Hecho que motivó la alegría de los ex esclavos y sus familias numerosas expresándose mediante fiestas y borracheras, bah... cosas de negros. Mientras se realizaban las fiestas, los ex amos miraban los festejos por la tele y sonreían con sorna e ironía. Pasa que antes de don Lincoln, los patrones tenían que invertir dineros en la compra, darles de comer, lugar donde dormir, vestirlos y algún que otro gasto que ocasionaban los esclavos, bien semoviente, que después de pasado un tiempo se devaluaba perdiendo el valor de reventa.
Comienza otra era. Como dice la canción: "cambia todo cambia...."
Los esclavos se convirtieron en trabajadores, ya no hacía falta comprarlos; ahora solamente bastaba con publicar un aviso en el periódico de la zona-Clarín no porque es malo!!!- y de inmediato se presentaban varios entre los cuales el conchabador podía elegir a su antojo. El modelo del aviso era generalmente así:" Se necesita peón de patio, albañil, administrativo, ingeniero en sistemas, o la profesión que se les ocurra". Con el agregado "inútil presentarse sin referencias".
La contratación era sencilla, se establecía el horario de trabajo y a cambio se le abonaba al trabajador un salario, que era un dinerillo que le alcanzaba para subsistir casi todo el mes.
Nada de alimentarlos, ni arroparlos, ni darles vivienda, ellos solitos ahora podián mantenerse.
El festejo le toca ahora a los patrones, el de las galletitas buen favor les hizo.
Pasadas algunas décadas, los antes esclavizados, siempre descontentos e insatisfechos como la famosa gata, comenzaron a pedir y pedir, ..que menos horas de trabajo, que los domingos con la familia, que la navidad, que el día de la madre, hasta tuvieron el tupe de pedir "el día del trabajador". Habrase visto!!!
Pero todo no queda aquí, iban por mas. Despacio y en silencio, al principio, los trabajadores, bajo una piel de cordero , comenzaron a exigir logrando varios de los puntos solicitados, además consiguieron dejar de trabajar antes de morirse (jubilación) y el colmo!!: vacacionar como lo hacían los dadores de trabajo y paga.
Y se agrandaron... ya no iba cada trabajador a discutir con el patrón las condiciones, ahora se reunían y elegían un representante, llamado delegado quien sería el encargado de discutir con la patronal. Nace aquí el llamado SINDICALISMO.
Y para que haya sindicalismo tienen que formarse los sindicatos, a tal fin se empiezan a organizar por actividades, a saber: Sindicato de Aguas Gaseosas, de Ferroviarios, de Camioneros, de Empleados de Comercio, etc. etc. Los delegados que ocupaban puestos en los sindicatos era elegidos por sus compañeros, entre lo mejor del barrio, personal con ciertos ideales y de una moralidad casi impecable. Las reuniones se hacían en alguna casa o esquina donde se elaboraban los puntos que se discutirían con los patrones el día siguiente, volviendo siempre a su puesto de trabajo y al contacto con sus compañeros.
Y siguen pasando los años y ya no son los trabajadores insatisfechos, ahora son sus representantes que van por más. Ya no les interesaba volver al trabajo una vez elegidos como delegados, ya no conducían camiones, ni despachaban detrás de un mostrador, ni reparaban vagones ferroviarios. Los cargos sindicales ya eran deseados por muchos, por lo tanto las elecciones eran mas peleadas y con muchos candidatos. Comenzaron a perpetuarse en el poder, claro que esto tiene su explicación, era tanta la vocación por defender los derechos de sus compañeros que no estaría bien dejar que otros se ocupen quien sabe con que intenciones. Se promocionaban con gran despliegue de publicidad las bandas integradas por los candidatos (léase" listas de candidatos"). Aparecen los custodios, los autos blindados, los procedimientos mafiosos. Esos defensores de trabajadores, con el fin de aumentar en algo su salario, se convierten en prósperos empresarios, pasando de empleados a empleadores. Todo sea por sus
compañeros trabajadores.
Debido a sus actividades sindicales, sin horarios y trabajando a destajo, no siempre pueden volver a su casa a comer ni a dormir con su familia. Tienen que recalar en restaurantes y hoteles, que solo por casualidad son vecinos de otros comensales y huéspedes que resultan ser los patrones contra los cuales ellos otrora discutían.
No estaba bien que culpa de su entrega en la defensa de sus afiliados, tuvieran que vivir en los andurriales, pasando en poco tiempo a comprarse un departamentito de cuatro dormitorios en algún barrio mas agradable, preferentemente country que también por casualidad vienen a ser vecinos de empresarios importantes y poderosos. Acaso no tiene derecho un trabajador a vivir dignamente?
Como las reuniones de trabajo eran muchas y ocupaban casi todo el tiempo del delegado, es sabido que una persona no puede con todo. Llegó el momento de buscar alguien que atienda el teléfono, sirva un cafecito en los días de invierno y mienta por él diciendo: " El secretario general no puede atenderlo porque está en una reunión". Para esos menesteres que mejor que una niña de buena presencia al gusto del sindicalista; señorita o señora que de tanto compartir tiempos con el señor secretario general, horas de interesantes tertulias y alguno que otro periplo al interior del país o en algunas pocas ocasiones un viaje con destino a una isla del caribe motivado por un congreso de sindicatos de la región, tal damita se convierte a la postre en amante del destacado e impresentable defensor de los derechos de los trabajadores de su gremio.
Siempre con el rumbo puesto en conducir pensando en el bienestar de sus afiliados y en resguardo de conquistas obtenidas, pensando siempre en que cualquiera no puede sucederlos en su cargo en caso de muerte- conviene aclarar que la muerte es la única alternativa para que deje el cargo obtenido en elecciones dudosamente limpias, muerte que a veces es provocada por otro muchacho interesado en los privilegios que tiene el secretario general de la CGTT- toma sus recaudos nombrando sucesores a hijos propios o de sus mujeres. Convirtiendo al sindicalismo en un régimen monárquico o algo parecido.
Que mejor amparo de un trabajador que su defensor incursione en política para poder cambiar desde adentro y conseguir las mejoras que sus agremiados merecen. Así comienzan a escalar dentro del sistema de partidos políticos ocupando cargos de concejales, diputados, senadores, gobernadores. Y no crea el vulgo que esos títulos conformaran a los ilustres y abnegados sindicalistas, si Tilinguilandia sigue en pie a pesar de todo, tendrán sus habitantes la posibilidad de entronar en el sillón de la casa de gobierno a uno de esos sacrificados paladines.
miércoles, 20 de abril de 2011
Tiempo de elecciones en Tilinguilandia
Año de elecciones. Los mandamás de este bendito país nos invitan a participar de algo así como un banquete que ellos disfrutarán y nosotros, sin probar bocado, pagaremos y miraremos por tele.
Las ciudades y pueblos están decoradas con grandes afiches que contienen fotos de tipos sonrientes y simpáticos. Son la mayoría viejos conocidos. También nos rezan sus invitaciones a sufragar por ellos ensuciando paredes y cualquier espacio donde sea posible estampar su "Vote a Mengano". Enchastres que deberemos remediar los silenciosos votantes luego de pasado el fervor electoralista.
Y no haga caso a su memoria si pasa por su mente que ese político que en elecciones anteriores era candidato del partido que hoy denosta, le ofrece la panacea si vota al partido que ayer criticaba. No olvidar que la política es el arte de lo "imposible".
Comentaristas políticos inundan las radios y aparecen en todos los canales los candidatos informándonos del diagnóstico y de las posibilidades, de votar a ellos, de cómo mejorarán las cosas.
Se abren locales partidarios por doquier que cerrarán el mismo día de las elecciones los perdedores, y apenas un par de dìas despues, los ganadores.
Los discursos de los que están en el poder tienen algo de surrealismo, no parece que se hayan enterado de que están en la conducción y que insisten con ser reelegidos sin haber cumplido lo que prometieron para subir en la anterior elección. Quizás piensen que los habitantes de Tilinguilandia sufren de Alzheimer o algo parecido.
Un señor, mientras esperaba la llegada del colectivo que lo llevaría de regreso a su hogar después de una agotadora jornada de labor, observando el cartel pegado insolentemente sobre las paredes del refugio -cartel que tenía impresa la cara de un ignoto político- pensaba en los parlamentos escuchados durante estos días protagonizados por conocidos y desconocidos políticos. Todos o la mayoría, prometían lo mismo: más escuelas, más seguridad, más salud, más trabajo, mejores jubilaciones, viviendas para todos,...., etc. Y como el cole demoraba, recordaba el buen señor que desde que era un chiquilín, la muletilla de "los más y los mejores" era la misma.
Las gentes se devanan los sesos en eso de elegir a quién, porque desechar a alguno sería como un sacrilegio porque ellos, según nos cuentan, están munidos de las mejores intenciones para con nosotros y pecaríamos de desagradecidos descartando a alguno.
Los vemos en caravanas y caminando por algunos lugares, siempre escoltados por cámaras de televisión como para que nadie se pierda el espectáculo. Siempre con sonrisa plena, besando mujeres, hombres y cada tanto acariciando el cachete de un bebe o niño poco crecido que algún alcahuete levanta a la altura del personaje.
"Promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento", según dice el tango son las que pregonan los abnegados postulantes.
Tienen solución para todo. Como el alóe, o los pastores de la iglesia "pare de sufrir".
Salvando el acuse de discriminador, mirando los afiches, me imagino que hay gentes algo así como impresentables y con prontuarios nada publicables. ¿Puede un tipo de esos hacer algo por alguien que no sea él mismo, su familia y algunos amigos?
Con la democracia se come, se educa, se cura ....decía un prócer fallecido. Claro que faltaría aclarar quién come, quién se educa y quién se cura con esa democracia.
Y no es que las tiranías o las monarquías sean mejores, casi que son todas hechas con los mismos ingredientes. Además debe ser muy interesante esto de la política y sus beneficios puesto que hasta funcionarios de gobiernos golpistas se han convertido en fanáticos demócratas.
Las ciudades y pueblos están decoradas con grandes afiches que contienen fotos de tipos sonrientes y simpáticos. Son la mayoría viejos conocidos. También nos rezan sus invitaciones a sufragar por ellos ensuciando paredes y cualquier espacio donde sea posible estampar su "Vote a Mengano". Enchastres que deberemos remediar los silenciosos votantes luego de pasado el fervor electoralista.
Y no haga caso a su memoria si pasa por su mente que ese político que en elecciones anteriores era candidato del partido que hoy denosta, le ofrece la panacea si vota al partido que ayer criticaba. No olvidar que la política es el arte de lo "imposible".
Comentaristas políticos inundan las radios y aparecen en todos los canales los candidatos informándonos del diagnóstico y de las posibilidades, de votar a ellos, de cómo mejorarán las cosas.
Se abren locales partidarios por doquier que cerrarán el mismo día de las elecciones los perdedores, y apenas un par de dìas despues, los ganadores.
Los discursos de los que están en el poder tienen algo de surrealismo, no parece que se hayan enterado de que están en la conducción y que insisten con ser reelegidos sin haber cumplido lo que prometieron para subir en la anterior elección. Quizás piensen que los habitantes de Tilinguilandia sufren de Alzheimer o algo parecido.
Un señor, mientras esperaba la llegada del colectivo que lo llevaría de regreso a su hogar después de una agotadora jornada de labor, observando el cartel pegado insolentemente sobre las paredes del refugio -cartel que tenía impresa la cara de un ignoto político- pensaba en los parlamentos escuchados durante estos días protagonizados por conocidos y desconocidos políticos. Todos o la mayoría, prometían lo mismo: más escuelas, más seguridad, más salud, más trabajo, mejores jubilaciones, viviendas para todos,...., etc. Y como el cole demoraba, recordaba el buen señor que desde que era un chiquilín, la muletilla de "los más y los mejores" era la misma.
Las gentes se devanan los sesos en eso de elegir a quién, porque desechar a alguno sería como un sacrilegio porque ellos, según nos cuentan, están munidos de las mejores intenciones para con nosotros y pecaríamos de desagradecidos descartando a alguno.
Los vemos en caravanas y caminando por algunos lugares, siempre escoltados por cámaras de televisión como para que nadie se pierda el espectáculo. Siempre con sonrisa plena, besando mujeres, hombres y cada tanto acariciando el cachete de un bebe o niño poco crecido que algún alcahuete levanta a la altura del personaje.
"Promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento", según dice el tango son las que pregonan los abnegados postulantes.
Tienen solución para todo. Como el alóe, o los pastores de la iglesia "pare de sufrir".
Salvando el acuse de discriminador, mirando los afiches, me imagino que hay gentes algo así como impresentables y con prontuarios nada publicables. ¿Puede un tipo de esos hacer algo por alguien que no sea él mismo, su familia y algunos amigos?
Con la democracia se come, se educa, se cura ....decía un prócer fallecido. Claro que faltaría aclarar quién come, quién se educa y quién se cura con esa democracia.
Y no es que las tiranías o las monarquías sean mejores, casi que son todas hechas con los mismos ingredientes. Además debe ser muy interesante esto de la política y sus beneficios puesto que hasta funcionarios de gobiernos golpistas se han convertido en fanáticos demócratas.
Siempre las mismas premisas: unos mandan los otros obedecen. Unos trabajan otros disfrutan de esos que trabajan. Unos cumplen las leyes que les dictan los mismos a los que ni se les ocurre cumplir.
Seguramente lo que ocurre en Tilinguilandia no es exclusivo de ese país. El analista político don Juan Domingo Alfonchner escribía en su columna dominical: "... tal vez los políticos y sus allegados piensen que los pueblos sufragantes padecen de serios problemas psíquicos, intelectuales y emocionales teniendo en cuenta que es difícil explicar cómo una persona en su cabales puede elegir a otra persona que se postula para hacerle la vida un poco más difícil, que tiene interés en quedarse con sus ahorros de toda la vida, que intente vivir como un holgazán mientras él trabaja duro, que le ordene lo que debe hacer mientras él no hace nada de lo que debería hacer".
Felizmente se acabaron los tiempos en que los esbirros de los señores feudales irrumpían salvajemente en las moradas de los plebeyos exigiendo el pago de tributos. Hoy existe el correo y las cartas documentos intimatorias.
Unos acusan a otros candidatos de querer perpetuarse en el poder. Si ellos mismos acceden al poder serán los primeros en querer perpetuarse.
Ellos serán los que elegirán los jueces que los absolverán y condenaran a los no simpatizantes.
Ellos dictaran las normas que no cumplirán.
Ellos administraran nuestros dineros en beneficio propio y de sus secuaces.
Abnegados políticos que no reparan en gastos (cartelería, espacios radiales y televisivos, publicidades encubiertas llamadas "institucionales"), que difícilmente abonarán de sus bolsillos.
Cuentan las malas lenguas que algunos candidatos de la antiguedad reciente aún son requeridos por gente que reclama el pago de publicidades de campañas anteriores. Chusmerío que nada científico lo avala. Porque conviene aclarar: hay malintencionados, que detestan a la democracia y a los ilustres demócratas.
Ciudadano!!! VOTE VOTE VOTE que votar es su derecho (obligatorio). Vote a su político favorito y no confunda la palabra VOTE con BOTE.
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