Tilinguilandia es un país democrático. Con instituciones democráticas.
Presidente y vice elegidos mediante elecciones obligatorias y poco cuestionadas de fraude.
Funciona un Congreso que alberga a Diputados y Senadores elegidos por el pueblo.
Cuenta el país con fuerzas armadas: policia federal, policias provinciales y municipales en algunas localidades. Ejercito, gendarmería, prefectura, armada y fuerza aérea. Ademas existe vigilancia privada que custodia instituciones, grandes centros comerciales, negocios particulares, transportes de carga y repartidores ciudadanos.
Muchos locales de venta, además de contar con un señor disfrazado de policia en la puerta, el público se comunica con el vendedor a traves de cristales o alambrados simil pulperias del 1800.
Una muy buena fuente de ingresos para los herreros es la instalacion de rejas en los domicilios particulares en ventanas y puertas.
Cada vez es mas común ver polarizados los cristales de los automóviles.
Los habitantes de Tilinguilandia se reúnen con el fin de organizar grupos que mediante el teléfono o internet buscan el modo de avisarse por cualquier movimiento de gente extraña en el barrio.
Los padres se ocupan de acompañar a sus hijos al colegio, tambien de llevar y traerlos a los lugares de diversión.
Muchos de los pobladores caminan asustados por la calle y tratan de evitar ciertos lugares y se mueven en horarios que creen mas seguros.
Teniendo en cuenta estos detalles, el licenciado Wenceslao Sureté, un estudioso en seguridad,
está de visita en el inseguro Tilinguilandia y le cuesta entender la situación.
Noches pasadas, conversando con un mozo trasnochado del hotel donde se hospeda, Wenceslao decía que tanto mas económico sería buscar y encerrar a los delincuentes en lugar de que las gentes se autoencierren. Que es dificil de entender que con tantas fuerzas de seguridad disponibles haya tanta inseguridad.
Lamentablemente el señor Sureté tuvo que interrumpir abruptamente su conversación debido al golpe que recibió en la cabeza propinado por un muchachito, que culata en mano, entró al hotel con intenciones de asaltar al conserje y a los descuidados pasajeros.
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