jueves, 29 de abril de 2010

carta al hijo



febrero de 2020

Querido hijo:
Quizás te extrañe recibir estas líneas, es que sabés? nunca me hubiese animado a decirtelo personalmente, mirandote a los ojos.
No es por temor, ni por miedo a que no me escuches, simplemente que estas demasiado grandote y tus horarios no son los mios.
Ya tengo que mirarte desde abajo, joder que has crecido pibe.
Tal vez te extrañe el momento, bueno, será que estos años que llevo encima, se hacen sentir, y que diariamente, ando despidiendome de algunos temas, como por las dudas. O ando ordenando algunas cosas.
No te he visto crecer a interválos, ni todo el tiempo. El trabajo, sabes, las ocupaciones. Ahora estoy recordando, cuanto me perdí de vos. Desde el día en que naciste, tu primeros pasos, ese caminar torpe, el escuchar: tu má má, tu pá pá, el haberte cambiado alguna vez los pañales, el pasar una noche en vela por que llorabas, porque te dolía la panza o porque tenías ganas de llorar.
No pude enseñarte a patear la pelota, que me hicieras un gol. Tampoco verte pedalear la bici con rueditas atras para que pudieras mantener el equilibrio. No supe del primer dia de jardín, ni de reuniones de padres. Ni de seños celestiales.
Nada de calesitas, ni de rodillas embarradas. Ni cuentos por las noches. Ni besos, ni "hasta mañanas". Ni ver tu foto soplando la velita de cumple.
No leí tu cuaderno ni tus primeros "hoy es un día nublado". Ni te escuché leer las primeras letras. Ni jugamos a lucha, en la cama los domingos.
Nunca te vi correr hacia mi con los brazos extendidos y riendote. Ni limpiar tus mocos colgantes.
Nunca te canté las de gaby, fofó y miliki. Ni payasos en el circo. Ni plazas con sol. Ni pororó, ni algodón dulce, ni manzanitas acarameladas.
Ni trepadas a los árboles, ni médicos de urgencia, ni yesos.
No creas que no tuve ganas de correr detras tuyo hasta las hamacas del parque, o esperarte al pie del tobogan. Abrigarte un dia de invierno. Ni aburrirme en el cine viendo la peli del Potter. Ni acompañarte a juntar pasto y agua para la noche de reyes. No hubo hamburguesas de plástico ni Mc Donalds. Ni el placer de llevarte a pescar. Ni apretar tu mano calentita.
Tu madre nunca me esperó a la vuelta del trabajo para contarme de tus progresos ni de tus travesuras.
Nunca te reprendí por alguna mala nota en la escuela. Ni pude felicitarte el día de tu graduación.
No descubrí tu promesa de barba, ni tus comentarios de adolescente soberbio.
Tampoco tuve que criticar tus compañias y amistades. Ni que me dijeras: viejo, vos de esto no sabes nada.
No me enteré de tu debut. No tuve que preocuparme, por drogas, si fumabas mucho, o de que cosa tomaras. Ni de tu porvenir. Nadie tuvo que venir con eso de si te portabas bien o mal.
Ni emocionarme con alegría de verte andar feliz por la vida.
Ni acompañar despierto a tu madre preocupada, esperando que llegaras en esas madrugadas de domingo.
Nunca discutimos, ni fui tu ídolo, ni me viste caminar lento.
No fui tu amigo, ni tu confesor ni tu cómplice.
Nunca te dije, te quiero, ni escuché tu, te quiero.
Es que, sabes? anduve haciendo cosas, y me olvidé de otras, como eso de tener un hijo.

Tu nombre entre la arena (Barocela)

... surge tu voz de la noche callada, nombrandome las cosas que nombraba ...

Mientras el mar besa una playa ajena
yo busco en vano tu nombre entre la arena
yo busco en vano la luz de tu verano
y aquellas noches anchas bajo el cielo.
Cuando tu piel se acostumbró a mi mano
y mi frente a la sombra de tu pelo
y hay tanta adoloscencia apresurada
y tanta soledad arrepentida.
Que estas aqui y aunque no estas conmigo
vuelvo a encontrar tu corazón amigo
junto a las cosas que tocó tu vida.
Y hasta en el cielo la cruz del sur evoca
antiguas alegrías que se han muerto
y el faro al sur es una estrella rota
que nombra la vigilia de algún puerto.
Y hay tanta adolescencia apresurada
y tanta soledad arrepentida
Que estas aquí y aunque no estas conmigo
vuelvo a encontrar tu corazón amigo
junto a las cosas que tocó tu vida.

Juan López y John Ward (Borges)

Les tocó en suerte una época extraña.
El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López habia nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer el Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en una aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.

martes, 20 de abril de 2010

quien nos robó?

naranjas con jugo
manzanas con olor
tomates con gusto
perros sin pedigree
tetas sin siliconas
canas sin carmela
cielo sin smog
viejos sin geriatricos
caras con arrugas
café con cafeína
leche entera
agua no mineral
almacenes de barrio
pan con levadura
tallarines al huevo
vacas pastando
manos que aprietan
ventanas abiertas
vecinos chismosos
esquinas sin semáforos
flores con perfume
jabones con aroma
ríos con peces
velatorios con gentes
iglesias de puertas abiertas
vigilantes que cuidaban
caminatas sin miedo
mediodias con puchero
ratones perez
niñitos dios
cumpleaños con tazas de chocolate
brindis con sidra
sillas en la vereda
fondos con quinta
bicicletas sin linga

Fábula de la hormiga y la cigarra (versión criolla)

La hormiga trabaja a brazo partido, bajo el sol del verano.
Construye su casita y aprovisiona de víveres la despensa, para cuando llegue el invierno.
La cigarra, en cambio, se pasa el verano tirada en la playa o descansando a la sombra fresca,
tomando birra y algún que otro tetra.
Cuando llega el invierno, la hormiga cierra la puerta de su casita para disfrutar del calorcito y de las provisiones pensando que le alcanzaran hasta la primavera.
En tanto, la cigarra, hambrienta y con frío se instala en la Plaza de Mayo con carpa y carteles pidiendo por sus derechos de vivienda y comida como los que goza la poco solidaria hormiga.
TN y Crónica instalan en la plaza sus respectivos móviles y a la cigarra le hacen reportajes.
El tema toma estado público y las gentes opinan.
Las Madres de Plaza de Mayo, los Veteranos de Malvinas, cantantes, músicos y organizaciones piqueteras, manifiestan su apoyo a la cigarra, condenando a la opulenta hormiga.
Se cortan rutas y el "canal de todos" pone programas en el aire que hablan sobre el tema.
Lilita pide se investigue la" fortuna" de la hormiga. Interviene la AFIP y Moyano con sus hijos, suponen que la hormiga explotaba trabajadores en negro.
El congreso se reúne, Cristina habla ironizando sobre el tema, culpando a Cobos.
Al fín, las autoridades decretan que la casa y la "fortuna" de la hormiga sea considerada como bien social, procediendo al desalojo de la hormiga, entregando su casa a integrantes de un Centro Comunitario de la zona para que instalen un comedor y un espacio cultural.
Por no poder hacer frente a las multas por impuestos no pagados, la hormiga abandona la ciudad,
escapando de los escraches.
Un tiempo después, las asociaciones de derechos humanos y derechos de las cigarras festejaron tirando piedras y quemando neumáticos frente a la embajada de los Estados Unidos con pancartas que denostaban a Bush, Menem y Macri.
El siguiente verano, un noticiero de la tele, informó de la muerte de la cigarra, a manos de unos vendedores de paco. Hablaron de un ajuste de cuentas.

PARE (serrat)


Padre,
decidme que
le han hecho al río
que ya no canta.
Resbala como un barbo,
muerto bajo un palmo,
de espuma blanca.
Padre,
que el río ya no es el río.
Padre,
antes de que vuelva el verano,
esconde todo lo que tenga vida.
Padre,
decidme que
le han hecho al bosque
que no hay árboles.
En invierno
no tendremos fuego
ni en verano sitio
donde resguardarnos.
Padre,
que el bosque ya no es el bosque.
Padre,
antes de que oscurezca
llenad de vida la despensa.
Sin leña y sin peces, padre,
tendremos que quemar la barca,
labrar el trigo entre las ruinas, padre,
y cerrar con tres cerraduras la casa
y decía usted,
padre,
si no hay pinos
no habrá piñones,
ni gusanos ni pájaros.
Padre,
donde no hay flores
no hay abejas, ni cera, ni miel.
Padre,
que el campo ya no es el campo.
Padre,
mañana del cielo lloverá sangre.
El viento lo canta llorando.
Padre,
ya estan aquí ...
Monstruos de carne
con gusanos de hierro.
Padre,
no tengais miedo,
decid que no,
que yo os espero.
Padre,
que estan matando la tierra.
Padre,
dejad de llorar,
que nos han declarado la guerra.

jueves, 15 de abril de 2010

pequeño error en la orden

Noche de otoño, zona céntrica, casa chorizo, varios patios.
Puertas inseguras con vidrios empañados.
Adentro, pelos largos, soberbia de 20 años.
Mates trasnochados, libros abiertos, apuntes que imploran ser leídos.
Estudiantes, brotes de profesionales. Idealistas, impetuosos, enamorados.
Muchachos de ojos soñadores. Creyentes de utopías.
Inconscientes, pacíficos y tontos.
Tal vez, un dato equivocado. Una dirección que no era. Quizás un error.
La calle se oscureció. Frenadas. Golpes. Ruidos.
Entonces llegaron ellos. Tipos rudos. Bigotes poblados. Caras de odio.
A patadas derribaron la puerta. Vidrios rotos. Gritos.
Violencia. Armas. Bestias insultando.
Los que dormian eran los mas sorprendidos, algunos, la muerte no alcanzó a despertarlos.
Otros, preguntando porque? recibián los golpes sin entender las preguntas que los animales les gritaban.
Unos quedaron en ese lugar, sobre un charco de sangre, llorizqueando, preguntandose el porque de lo que pasaba, hasta que la muerte piadosa les cerró los ojos.
Otros quisieron escapar, y las balas los alcanzaron mientras intentaban subir las escaleras. Escaleras que de subirlas, llegarian al cielo.
Almas inocentes destrozadas, por error en el papeleo en la oficina policíaca.
Al día siguiente, los diarios hablaban de un operativo conjunto de las fuerzas de seguridad.
Enfrentamiento con algunas bajas en las filas terroristas. Era la forma de cubrir el error, hubiese quedado muy mal escribir que por equivocación, las fuerzas de seguridad habian tronchado algunas vidas inocentes.

sobre Edith Piaf (alberto cortez)

... Al poco tiempo un nuevo amor ocupaba los interiores de Piaf y la primera página de los periódicos. Theo Sarapo, un hombre joven de origen griego y con muy buena planta, sonreía entre sus brazos en todas las fotos. Ella aseguraba que éste era el definitivo y más grande amor de su vida. Se casó con él y la gente pensó que se trataba de un "gigoló" quien oficializado por la boda le birlaría los últimos cuartos y la utilizaría como plataforma de lanzamiento para alcanzar su estrellato particular a cambio de un poco de ternura. La "foule" no cree en los amores de una mujer mayor y famosa, con un joven bien parecido. Siempre sospecha un interés paralelo a los afectos. Un año después de aquella última boda, Edith Piaf murió en su casa del Boulevard Lannes, allí donde nos recibió y donde tuve la suerte de conocerla personalmente.
El 14 de octubre de 1963, Paris acompañó los restos mortales de la Piaf hasta su última morada.
Theo Sarapo fue el heredero universal de Edith Piaf. Los derechos discográficos, autorales y cinematográficos fueron a parar a su bolsa. Eso confirmaba las sospechas de la "foule". La imágen de un joven arribista, inescrupuloso aprovechador, se extendió como un reguero de pólvora por todo el mundo en el nombre de Piaf y la gente durmió tranquila. Una vez más habia pasado lo de siempre, es decir "lo que sin falta sucede con los artistas, esos seres díscolos, inestables y disolutos, que en nombre del amor justifican los peores desmanes". El silencio del griego era como una ratificación de estos tópicos. Sin embargo, algunos años después Theo Sarapo volvió a ser noticia de primera plana en los periódicos. Se había suicidado. Sobrevivió hasta agotar la "fabulosa" herencia recibida de su mujer, es decir, una lista interminable de deudas. Theo Sarapo, en silencio, las fue pagando como pudo, una tras otra, y así hasta dejar totalmente límpio el sagrado nombre de su amada. Cuando hubo liquidado la última se quitó la vida. ¿Para qué la quería si no podía compartirla con el único y definitivo amor de su vida, Edith Piaf?

lunes, 5 de abril de 2010

Balada de otoño (serrat)

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.
Pintaron de gris el cielo
y el suelo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece
parece
un niño que el viento mece
con su balada en otoño.
Una balada en otoño,
un canto triste de melancolía,
que nace al morir el día.
Una balada en otoño,
a veces como un murmullo,
y a veces como un lamento
y a veces viento.
Te podría contar
que está quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.
Si tú fueras capaz
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar
con esa porcelana que descubrí ayer
y que por un momento se ha vuelto mujer.
Entonces, olvidando
mi mañana y tu pasado
volverías a mi lado.
Se va la tarde y me deja
la queja
que mañana será vieja
de una balada en otoño.
Llueve,
detrás de los cristales
llueve y llueve.