febrero de 2020
Querido hijo:
Quizás te extrañe recibir estas líneas, es que sabés? nunca me hubiese animado a decirtelo personalmente, mirandote a los ojos.
No es por temor, ni por miedo a que no me escuches, simplemente que estas demasiado grandote y tus horarios no son los mios.
Ya tengo que mirarte desde abajo, joder que has crecido pibe.
Tal vez te extrañe el momento, bueno, será que estos años que llevo encima, se hacen sentir, y que diariamente, ando despidiendome de algunos temas, como por las dudas. O ando ordenando algunas cosas.
No te he visto crecer a interválos, ni todo el tiempo. El trabajo, sabes, las ocupaciones. Ahora estoy recordando, cuanto me perdí de vos. Desde el día en que naciste, tu primeros pasos, ese caminar torpe, el escuchar: tu má má, tu pá pá, el haberte cambiado alguna vez los pañales, el pasar una noche en vela por que llorabas, porque te dolía la panza o porque tenías ganas de llorar.
No pude enseñarte a patear la pelota, que me hicieras un gol. Tampoco verte pedalear la bici con rueditas atras para que pudieras mantener el equilibrio. No supe del primer dia de jardín, ni de reuniones de padres. Ni de seños celestiales.
Nada de calesitas, ni de rodillas embarradas. Ni cuentos por las noches. Ni besos, ni "hasta mañanas". Ni ver tu foto soplando la velita de cumple.
No leí tu cuaderno ni tus primeros "hoy es un día nublado". Ni te escuché leer las primeras letras. Ni jugamos a lucha, en la cama los domingos.
Nunca te vi correr hacia mi con los brazos extendidos y riendote. Ni limpiar tus mocos colgantes.
Nunca te canté las de gaby, fofó y miliki. Ni payasos en el circo. Ni plazas con sol. Ni pororó, ni algodón dulce, ni manzanitas acarameladas.
Querido hijo:
Quizás te extrañe recibir estas líneas, es que sabés? nunca me hubiese animado a decirtelo personalmente, mirandote a los ojos.
No es por temor, ni por miedo a que no me escuches, simplemente que estas demasiado grandote y tus horarios no son los mios.
Ya tengo que mirarte desde abajo, joder que has crecido pibe.
Tal vez te extrañe el momento, bueno, será que estos años que llevo encima, se hacen sentir, y que diariamente, ando despidiendome de algunos temas, como por las dudas. O ando ordenando algunas cosas.
No te he visto crecer a interválos, ni todo el tiempo. El trabajo, sabes, las ocupaciones. Ahora estoy recordando, cuanto me perdí de vos. Desde el día en que naciste, tu primeros pasos, ese caminar torpe, el escuchar: tu má má, tu pá pá, el haberte cambiado alguna vez los pañales, el pasar una noche en vela por que llorabas, porque te dolía la panza o porque tenías ganas de llorar.
No pude enseñarte a patear la pelota, que me hicieras un gol. Tampoco verte pedalear la bici con rueditas atras para que pudieras mantener el equilibrio. No supe del primer dia de jardín, ni de reuniones de padres. Ni de seños celestiales.
Nada de calesitas, ni de rodillas embarradas. Ni cuentos por las noches. Ni besos, ni "hasta mañanas". Ni ver tu foto soplando la velita de cumple.
No leí tu cuaderno ni tus primeros "hoy es un día nublado". Ni te escuché leer las primeras letras. Ni jugamos a lucha, en la cama los domingos.
Nunca te vi correr hacia mi con los brazos extendidos y riendote. Ni limpiar tus mocos colgantes.
Nunca te canté las de gaby, fofó y miliki. Ni payasos en el circo. Ni plazas con sol. Ni pororó, ni algodón dulce, ni manzanitas acarameladas.
Ni trepadas a los árboles, ni médicos de urgencia, ni yesos.
No creas que no tuve ganas de correr detras tuyo hasta las hamacas del parque, o esperarte al pie del tobogan. Abrigarte un dia de invierno. Ni aburrirme en el cine viendo la peli del Potter. Ni acompañarte a juntar pasto y agua para la noche de reyes. No hubo hamburguesas de plástico ni Mc Donalds. Ni el placer de llevarte a pescar. Ni apretar tu mano calentita.
Tu madre nunca me esperó a la vuelta del trabajo para contarme de tus progresos ni de tus travesuras.
Nunca te reprendí por alguna mala nota en la escuela. Ni pude felicitarte el día de tu graduación.
No descubrí tu promesa de barba, ni tus comentarios de adolescente soberbio.
Tampoco tuve que criticar tus compañias y amistades. Ni que me dijeras: viejo, vos de esto no sabes nada.
No me enteré de tu debut. No tuve que preocuparme, por drogas, si fumabas mucho, o de que cosa tomaras. Ni de tu porvenir. Nadie tuvo que venir con eso de si te portabas bien o mal.
Ni emocionarme con alegría de verte andar feliz por la vida.
Ni acompañar despierto a tu madre preocupada, esperando que llegaras en esas madrugadas de domingo.
No creas que no tuve ganas de correr detras tuyo hasta las hamacas del parque, o esperarte al pie del tobogan. Abrigarte un dia de invierno. Ni aburrirme en el cine viendo la peli del Potter. Ni acompañarte a juntar pasto y agua para la noche de reyes. No hubo hamburguesas de plástico ni Mc Donalds. Ni el placer de llevarte a pescar. Ni apretar tu mano calentita.
Tu madre nunca me esperó a la vuelta del trabajo para contarme de tus progresos ni de tus travesuras.
Nunca te reprendí por alguna mala nota en la escuela. Ni pude felicitarte el día de tu graduación.
No descubrí tu promesa de barba, ni tus comentarios de adolescente soberbio.
Tampoco tuve que criticar tus compañias y amistades. Ni que me dijeras: viejo, vos de esto no sabes nada.
No me enteré de tu debut. No tuve que preocuparme, por drogas, si fumabas mucho, o de que cosa tomaras. Ni de tu porvenir. Nadie tuvo que venir con eso de si te portabas bien o mal.
Ni emocionarme con alegría de verte andar feliz por la vida.
Ni acompañar despierto a tu madre preocupada, esperando que llegaras en esas madrugadas de domingo.
Nunca discutimos, ni fui tu ídolo, ni me viste caminar lento.
No fui tu amigo, ni tu confesor ni tu cómplice.
Nunca te dije, te quiero, ni escuché tu, te quiero.
Es que, sabes? anduve haciendo cosas, y me olvidé de otras, como eso de tener un hijo.
Nunca te dije, te quiero, ni escuché tu, te quiero.
Es que, sabes? anduve haciendo cosas, y me olvidé de otras, como eso de tener un hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario