miércoles, 20 de octubre de 2010

Censo

Cuenta la historia reciente que en el desconocido país llamado Tilinguilandia, sus gobernantes o mejor dicho, su gobernante, a fin de cumplir con las leyes vigentes puso en marcha la maquinaria correspondiente para realizar un censo poblacional.
Sin ser demasiado avispado se puede entender la importancia que tiene un censo de esas características, los resultados del mismo servirían para además de conocer el estado de la población en cuanto a viviendas, educación, condiciones de habitabilidad y lo que no es poco, saber cuantos tilingos son. Una buena base para administraciones posteriores con ganas de mejorar situaciones.
Según el licenciado Carlos Planilleno Estadino, "en los países del primer mundo, las conclusiones derivadas de censos han logrado mejor calidad de vida entre sus habitantes".
Volviendo al país que se encuentra al sur de Bolivia, ya la convocatoria está en marcha. Comenzó el reclutamiento de gente que oficiará de encuestadora, seguramente "serán lo mejor de cada casa" y harán el trabajo con la mejor disposición y patriotismo, no solo tendrán en cuenta el dinerillo que cobraran por su labor. Labor que ha sido reconocida, por organismos de la UNASUR, como de alto nivel de riesgo debido a la inseguridad reinante en algunos barrios de la periferia y de no tanta periferia de algunas ciudades tilingas, agregando además el estres que sufriran los encuestados por el miedo que tienen de los temibles falsos encuestadores.
Consultado sobre el tema Ramón Celestino Malbec, quien ocupa un alto cargo y ayer fuera dirigente sindical del ramo "amos de casa "y que corresponde aclarar, tuvo la amabilidad de atender la requisitoria justo en el momento que entraba a una concesionaria dedicada a la venta de automóviles de una marca alemana; Malbec dice que el costo de la encuesta a realizar costará varios millones de pesos. Como consecuencia de sus palabras, un alto parlamentario opositor salió a sanatear por radios y canales contando que se puede hacer con semejante cifra (el versito de tantos hospitales o cuantas escuelas...)
Los mas conspicuos laderos del gobierno arengan a la población del porque deben atender amablemente a los encuestadores y colaborar con los mismos. Apelando a la obligación ciudadana y denostando a quien se le ocurra abstenerse de la complicidad requerida.
No obstante esta realidad, una minoría -muy minoría-silenciosa piensa en desobedecer lo ordenado por el régimen instalado en el gobierno. Aunque quizás tenga alguna razón válida para tal oposición, los buenos ciudadanos deben desoír esas voces que intentan desmembrar la manada.
Esos rebeldes sin causa, no quieren colaborar porque dudan de que las planillas confeccionadas reflejen realidades, si no serán modificadas al gusto de los que mandan, dudan de la honorabilidad de los que dirigen los institutos que tendrán en sus manos el cotejo de los datos recolectados.Y no dudan por joder nomas, dicen que tienen argumentos creíbles y atendibles.
En una charla con el titular de un kiosco de golosinas y cigarrillos, don Philip Marlboro-charla que hace pública el señor Tiziano Driver, conductor de ómnibus urbanos- la población pudo enterarse sin tanta encuesta paga, de las deficiencias en materia de tránsito, la falta de redes cloacales, el estado en que se encuentra la educación, el déficit habitacional, los inconvenientes en seguridad, el cuadro de situación de los hospitales, la marcha de la economía doméstica y algunos detalles sin importancia. Pero recordando las palabras del filósofo: "que corno puede saber un tipo de la calle?", los buenos vecinos de Tilinguilandia esperan ansiosos el día del sondeo, que además les toca feriado, pensando en un rico asado, siesta y unos matecitos en el parque por la tarde. Por la tarde porque a la mañana esperaran al censista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario