Cumplió 45 y un día entendió que ya no tenía ganas de seguir con su marido. Ya su bebé terminaba la secundaria y necesitaba menos atención de su parte; solamente cocinarle, lavarle la ropa, acomodarle el cuarto, hacerle la cama y soportarle la soberbia adolescente.
Claudia, es de quien hablamos, siente que otra etapa comienza y tiene ganas de cumplirla. Volvío a la peluquería, se cambió el corte y el color de pelo, se mira mas seguido al espejo y renovó su guardarropas. Ahora se anima a salidas con amigas, sueña con viajes, hasta se ha puesto de novia y anda distraída cual rozagante quinceañera.
Luego de la separación , después de negociar en buenos términos con su ex, vendieron la casa, él le dio la mitad del valor del coche que tenian y con el reparto, ella pudo comprarse un cálido y luminoso departamento de un dormitorio con balcón a la calle, dos ambientes que comparte con su niño.
Ese hijo al que quiere con locura como casi todas las madres, quien despues de terminar la secundaria y quedandole solamente tres materias que rendirá luego de un extenso período de descanso, aún no sabe que carrera elegir, lo está pensando y sin apuro, porque ya sabemos que las cosas apuradas nunca salen bien. Mientras piensa, el chaval pasa sus días y algunas noches mirando pelis acurrucado con su novia bebiendo coca y masticando esas ricas papitas saladas cómodamente tirados sobre el sofá que sirve tambien de cama. Pero no vayan a creer que el chico es un vago sin aspiraciones, tiene en su cabecita cubierta de abundante pelambre, muchas ideas y proyectos. Pasa que mucho no lo comprenden, ni a él ni a sus brillantes ideas, además anda tirando líneas para conseguir un trabajo, conchabo importante por supuesto, porque no se trata de encerrarse en un lugar donde lo esté esperando una mísera jubilación despues de una vida de frustraciones. El nene no está para eso y no se dejará consumir por este sistema cruel y perverso.
Así las cosas, Claudia, sigue con su trabajo de 10 hs diarias mas el tiempo que pasa en los colectivos y en los andenes de los trenes que la conducen a su labor diaria. Orgullosa de su peque, quien cada día está mas guapo y comprador, y como se siente enamorada de ese señor que conoció por chat una lánguida tarde de domingo, con quien no puede disfrutar de estar relajada confortablemente en el sillón como quisiera, puesto que ese lugar lo ocupa su niño; ha decidido que ya no puede convivir con el muchacho ya crecido, que cada uno tiene que tener su espacio y demás cosas. Por lo tanto,una noche aprovechando la cena juntos le planteó la situación. Y de allí surgió la solución.
Teniendo en cuenta que el de pelo largo aún no consigue trabajo, por lo tanto no dispone de dinerillo para pagarse un departamento o algo parecido, nuestra Claudia consiguió un trabajito para los findes y privandosé de algunas cremas y alguna ropita, ahorró y pudo alquilar un departamentito de un ambiente sin balcón a la calle algo cálido y poco luminoso; así de esa manera podrá hacer su vida independiente.
En otros tiempos arcaicos la cosa hubiese sido de otra manera, pero son estos los aires que corren ahora. Bueno, que tal vez cuando el muchachito de Claudia consiga empleo ella pueda volver a su lugar luminoso y con balcón a la calle.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario