viernes, 6 de agosto de 2010

Recompensa

Una buena noticia, de esas que al escucharlas comenzando el día, auguran una bonita jornada. Ocurrío en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, un señor, albañil de profesiòn y de recursos nada abundantes, caminando de vuelta del trabajo hacia su casa, tropezó con un paquete tirado en la vereda. Por curiosidad seguramente, levantó el bulto liviano y después de desatar el hilo que lo ataba, casi se le escapan los ojos de las órbitas al descubrir el contenido de dicho envoltorio.
Dentro de una caja de cartón, separados en fajos de diez, había muchos pero muchos billetes. Billetes de color verde, dólares, en cantidad apreciable. Dice la noticia que eran mas veinte mil dólares.
El humilde señor no tuvo mejor idea que buscar al dueño de los billetes y devolverselos. recibiendo del propietario un abrazo inmenso, lagrimas de agradecimiento y "un nunca me olvidaré de su gesto señor"
Los conductores del noticiero, elogiaron al señor, notas le hiceron, hablaron vecinos, sicólogos y especialistas en el tema. Le sacaron fotos y tuvo fama por unas horas.
Que impecable actitud la de este tipo, que desinteresado y que reconfortante que existan personas así.
Pena que los de la tele no estuvieron a la altura del personaje en cuestión. Porque despues de preguntarle al señor de manos curtidas por la cal, por su vida, familia y demas cuestiones, no tuvieron nada mas importante que interrogarlo en cuanto a la recompensa recibida, recompensa que al no ser en dinero en efectivo, la parejita del programa de noticias puso en duda la honorabilidad del dueño de los verdes billetes; por poco acusandolo de avaro, miserable, desconsiderado y algún que otro epiteto descalificador.
Por suerte, el albañil se sintio bien recompensado con el abrazo recibido y las sinceras palabras del beneficiado por su proceder. Seguro que la vida le brindará mejor gratificación que un fajo de billetes.

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