Intentaba cruzar la calle esperando en el cantero divisorio de la avenida mirando hacia ambos lados el fluido y veloz paso de los coches.
Una mirada se cruzó con la de él. Solamente duró un par de segundos, un golpe de vista, un instante.
Será así el llamado amor a primera vista?
Se olvidó del cruce de la calle y de los autos, sólo atinó a seguirla con la mirada hasta que ella dobló la esquina.
Fueron esos ojos mezcla de color azul, verde, gris y negro los que hicieron que su cabeza no dejara de recordarlos todo el día. Y su mirada de efímera duración, y su pelo largo y oscuro, y su piel blanca, y sus labios apenas rojos maltratados por el frío invernal y su andar despreocupado.
Al fin cruzó la calle, continúo con sus quehaceres, volvió a su casa, cenó en soledad, miro un rato la tele y se fue a la cama temprano.
Como todas las noches, intentó leer el libro que siempre lo espera en la mesita, se puso los anteojos anuladores de presbicia, abrió el libro y se dispuso a leer. Apenas una página y sin concentración; esta noche su mente estaba ocupada en otros menesteres.
Apagó el velador, acomodó la almohada y empezó a pensar en la dueña de aquella mirada . Con los ojos cerrados pudo recomponer la imagen matinal con detalles y colores. Y se durmió.
Y la soñó. Un sueño maravilloso en el cual aparecía la niña, y sus ojos volvieron a mirarlo, y le sonrió, y se acercaron, se miraron, se abrazaron, se acariciaron. Sintió el corazón palpitante y los labios tibios que se besaron dulcemente. Volvieron a mirarse acariciándose suavemente y otra vez se besaron , y sus pieles se desearon, la imaginó estremecer de placer a su lado, compartió ese placer, seguían mirándose sonriendo, felices, jóvenes, dichosos, satisfechos de amor y pasión.
De pronto, plop!, se despertó. cuando se dio cuenta, estiró el brazo queriendo tocarla, lloró por comprender que era un sueño, cerró los ojos intentando retomar ese sueño. Se abrazó impotente a la almohada mojada de lágrimas tristes. Por mas que se esforzó, su mente ya no le daba la imagen de ayer, ya el rostro era difuso, no había color de ojos ni mirada. Se acurrucó desconsolado. Y nuevamente se durmió.
miércoles, 20 de julio de 2011
martes, 12 de julio de 2011
Propina
Según dice el Licenciado Rigoberto Comet en su ensayo "Corrupción e influencias", la corrupción no es original de estos tiempos. Ya en la antiguedad se murmuraba sobre el tema, cuenta que en Egipto existía la venta de influencias cuando a un poderoso se le ocurrió expulsar gente de ese territorio. Papiros algo ajados encontrados en inmediaciones del Partenon hablan de ciertos arreglos entre los que se la pasaban charlando en las tardes de estío vestidos con apenas una túnica.Y que decir de las reuniones realizadas en el Coliseo Romano cuando algunos gladiadores algo temerosos y cobardes entregaban monedas de oro al organizador de las peleas para que éste los hiciera lidiar con algún luchador famélico y somnoliento.
El estudio abunda en ejemplos sobre el tema: corrupción en el tránsito, en oficinas públicas, en exámenes estudiantiles, en campeonatos de fútbol, en títulos mundiales de boxeo, entre otros.
Hay un capítulo dedicado a la propina, palabra que en latín es "dar de beber" y significa algo así como una recompensa por un servicio recibido. Esta "propinare" era de carácter voluntario y se entregaba como agradecimiento.
Con el tiempo, el proceder en cuanto a la entrega de ese plus se fue desvirtuando y pasó en algunos casos de un gesto voluntario a obligatorio, llegado al punto que en ciertos casos se confunde con soborno y corrupción.
El Licenciado cita ejemplos y algunas observaciones:
# Un señor toma café en un bar, abona el precio del ticket y no cree necesario dar al mozo propina pensando que ese empleado recibe un sueldo a cambio de servir café. Seguramente si ese tipo se hace habitué del lugar y sigue sin dejar monedas sobre la mesa, con el tiempo se hará de un enemigo en la persona del mesero.
# Una señorita lleva su coche a un lavadero a fin de asear el vehículo, cuando el chico lavador le entregue las llaves esperará una propina. Está bien suponer que si la niña no la entrega , al volver al lavadero en otra oportunidad, seguramente no será atendida de la misma manera que otro que sí deja propina.
# Si a una persona le toca por desgracia pasar unos días internado en una cama de hospital, clínica o sanatorio, bueno es que para mejor atención tenga la bondad de obsequiar con algo a las enfermeras de turno. En algunos casos el trato se mejora con una propina.
Rigoberto piensa que tal vez, los dueños de bares y lavaderos, por citar algún caso, les abonan exiguos sueldos a sus empleados teniendo en cuenta que mediante la propina que recibirán de los clientes, esos empleados redondearan una paga interesante. Un trato sobrentendido.
También analiza que con el criterio de dar propina, por que no dar esa recompensa al vendedor de una tienda cuando compramos un pantalón o cuando adquirimos un pasaje de tren o a la cajera de un hipemercado porque nos sonríe al cobrarnos?
Como lo comenta el Licenciado en el final de su libro, bueno sería que luego de la lectura, el leyente enviara al autor un regalo por pequeño que sea.
El estudio abunda en ejemplos sobre el tema: corrupción en el tránsito, en oficinas públicas, en exámenes estudiantiles, en campeonatos de fútbol, en títulos mundiales de boxeo, entre otros.
Hay un capítulo dedicado a la propina, palabra que en latín es "dar de beber" y significa algo así como una recompensa por un servicio recibido. Esta "propinare" era de carácter voluntario y se entregaba como agradecimiento.
Con el tiempo, el proceder en cuanto a la entrega de ese plus se fue desvirtuando y pasó en algunos casos de un gesto voluntario a obligatorio, llegado al punto que en ciertos casos se confunde con soborno y corrupción.
El Licenciado cita ejemplos y algunas observaciones:
# Un señor toma café en un bar, abona el precio del ticket y no cree necesario dar al mozo propina pensando que ese empleado recibe un sueldo a cambio de servir café. Seguramente si ese tipo se hace habitué del lugar y sigue sin dejar monedas sobre la mesa, con el tiempo se hará de un enemigo en la persona del mesero.
# Una señorita lleva su coche a un lavadero a fin de asear el vehículo, cuando el chico lavador le entregue las llaves esperará una propina. Está bien suponer que si la niña no la entrega , al volver al lavadero en otra oportunidad, seguramente no será atendida de la misma manera que otro que sí deja propina.
# Si a una persona le toca por desgracia pasar unos días internado en una cama de hospital, clínica o sanatorio, bueno es que para mejor atención tenga la bondad de obsequiar con algo a las enfermeras de turno. En algunos casos el trato se mejora con una propina.
Rigoberto piensa que tal vez, los dueños de bares y lavaderos, por citar algún caso, les abonan exiguos sueldos a sus empleados teniendo en cuenta que mediante la propina que recibirán de los clientes, esos empleados redondearan una paga interesante. Un trato sobrentendido.
También analiza que con el criterio de dar propina, por que no dar esa recompensa al vendedor de una tienda cuando compramos un pantalón o cuando adquirimos un pasaje de tren o a la cajera de un hipemercado porque nos sonríe al cobrarnos?
Como lo comenta el Licenciado en el final de su libro, bueno sería que luego de la lectura, el leyente enviara al autor un regalo por pequeño que sea.
lunes, 11 de julio de 2011
quien ganó?
En una ciudad, capital de un país llamado Tilinguilandia, se realizaron elecciones para elegir al jefe de gobierno de ese lugar. Se presentaban varios candidatos y como es lógico la pelea sería entre dos o tres que sumarían la mayor cantidad de votos. Los candidatos con mayores posibilidades eran tres: Mauricio, bostero incurable y poderoso empresario, quien se postulaba por la reelección, Daniel, el aspirante que contaba con el apoyo, los fondos y todo el aparato de la banda (partido) gobernante en el ámbito nacional y Pino, un señor mayor, canoso y utópico. Como lo manda la ley electoral, si ninguno de los postulantes llegara a cosechar la mayoría necesaria, se volvería a votar unas semanas mas tarde para elegir entre los dos mas votados en la elección primera.
La votación se realizó el domingo próximo pasado en un clima de cierto " respeto y convivencia democrática" sin incidentes notorios.
Como era domingo y después de un mediodía largo de asado en la casa de su hija preferida, don Manolo se tiró un ratito a dormir la siesta, y no sabe si fue por efecto del rico vino tinto que su yerno no dejó de servirle o por la pastillita que toma diariamente para la "presión" o tal vez la suma de ambas cosas, que el buen don Manolo vino a despertarse pasadas las siete de la tarde.
Después de calentar el agua para el mate diario encendió el televisor y como era previsto, los canales de noticias hablaban de sólo una: "elecciones en la capital".
Al pasar frente al tele y camino a la cocina para buscar los elementos materos, miró los resultados al pie de la pantalla: Mauricio 47%, Daniel 27 y pico % y Pino no llegaba al 13%, los demás ni figuraban. Hizo la cuenta rápida y pensó que con semejante resultado, el ballotage sería como innecesario o redundante porque la suma de los votos del segundo mas los votos de los que le siguen no pueden llegan nunca a empatar los del primero. Indiscutiblemente y en la práctica ya estaba el ganador.
Mientras el agua se calentaba, abrió la ventana para ver como la tarde se hacía noche, dio de comer al perro y le protestó al morrongo porque ocupaba el sillón.
Al fin después de echar al gato se sentó como para mirar tranquilo la tele y tomar sus matecitos tardíos.
En la pantalla apareció el candidato Daniel, sobre un escenario rodeado de militantes que lo vivaban al compás de los bombos camioneros, con gestos de agradecimiento se largó con un discurso triunfalista, desafiante y denostador de su adversario Mauricio.
Don Manolo, se sintió confundido, miró a su alrededor-por eso de ubicarse en tiempo y espacio-y se le hizo un lío en el melón, no entendía nada, creyó que había mirado mal y que el ganador no era Mauricio sino Daniel. Cambió de canal y los demás canales con lo mismo: los resultados impresos dando perdedor al del discurso ganador.
En otro canal apareció un funcionario del gobierno nacional con el rango de ministro, vociferando que estaba mal hablar de ganador, que aún faltaba la segunda vuelta. Luego otro ministro y otros cómplices con el mismo decir.
Antes, se dijo para adentro don Manolo, los que perdían saludaban a los que ganaban, aunque sonara falso era parte de la convivencia y no lejano de las buenas costumbres. Bueno, los tiempos cambian y las costumbres también. En la prehistoria los perdedores reconocían las derrotas, y dicen los que saben, que ese gesto los hacía grandes y respetables.
La votación se realizó el domingo próximo pasado en un clima de cierto " respeto y convivencia democrática" sin incidentes notorios.
Como era domingo y después de un mediodía largo de asado en la casa de su hija preferida, don Manolo se tiró un ratito a dormir la siesta, y no sabe si fue por efecto del rico vino tinto que su yerno no dejó de servirle o por la pastillita que toma diariamente para la "presión" o tal vez la suma de ambas cosas, que el buen don Manolo vino a despertarse pasadas las siete de la tarde.
Después de calentar el agua para el mate diario encendió el televisor y como era previsto, los canales de noticias hablaban de sólo una: "elecciones en la capital".
Al pasar frente al tele y camino a la cocina para buscar los elementos materos, miró los resultados al pie de la pantalla: Mauricio 47%, Daniel 27 y pico % y Pino no llegaba al 13%, los demás ni figuraban. Hizo la cuenta rápida y pensó que con semejante resultado, el ballotage sería como innecesario o redundante porque la suma de los votos del segundo mas los votos de los que le siguen no pueden llegan nunca a empatar los del primero. Indiscutiblemente y en la práctica ya estaba el ganador.
Mientras el agua se calentaba, abrió la ventana para ver como la tarde se hacía noche, dio de comer al perro y le protestó al morrongo porque ocupaba el sillón.
Al fin después de echar al gato se sentó como para mirar tranquilo la tele y tomar sus matecitos tardíos.
En la pantalla apareció el candidato Daniel, sobre un escenario rodeado de militantes que lo vivaban al compás de los bombos camioneros, con gestos de agradecimiento se largó con un discurso triunfalista, desafiante y denostador de su adversario Mauricio.
Don Manolo, se sintió confundido, miró a su alrededor-por eso de ubicarse en tiempo y espacio-y se le hizo un lío en el melón, no entendía nada, creyó que había mirado mal y que el ganador no era Mauricio sino Daniel. Cambió de canal y los demás canales con lo mismo: los resultados impresos dando perdedor al del discurso ganador.
En otro canal apareció un funcionario del gobierno nacional con el rango de ministro, vociferando que estaba mal hablar de ganador, que aún faltaba la segunda vuelta. Luego otro ministro y otros cómplices con el mismo decir.
Antes, se dijo para adentro don Manolo, los que perdían saludaban a los que ganaban, aunque sonara falso era parte de la convivencia y no lejano de las buenas costumbres. Bueno, los tiempos cambian y las costumbres también. En la prehistoria los perdedores reconocían las derrotas, y dicen los que saben, que ese gesto los hacía grandes y respetables.
jueves, 7 de julio de 2011
Semblanzas sobre el 9 de Julio
Primero el mar después el inmenso río trajo las naves, desembarcó don Pedro de Mendoza, ese navegante al que la sífilis no dejó terminar el viaje de regreso a su tierra. Después don Juan de Garay, el conquistador que luego de fundar Santa Fe vuelve a refundar Buenos Aires, ciudad que mas tarde unos criollos "refundieron".
Llegaron otros que se afincaron, edificaron, trabajaron, hicieron negocios, contrabandearon y hasta conspiraron.
Año 1806, esta vez los que descendieron en las costas eran unos tipos rubios tirando a colorados de ojos celestes, educados y ceremoniosos marinos enviados por la corona inglesa con la orden de convertir a los habitantes de esta margen del Río de la Plata en obedientes súbditos. Vale decir que esta vez se quedaron con las ganas pero pudieron escaparse con algunos dinerillos y joyas de estos lares.
Tanto se quedaron con las ganas que al año siguiente regresaron pero otra vez los súbditos de la corona española impidieron que se instalaran y fueron expulsados por un pueblo ignorante de tratados de guerra y de cortesía con los invasores, pueblo comandado por algunos que, próceres en esa ocasión, fueron fusilados por otros próceres diplomados de tales en la gesta de mayo.
Mayo de 1810, el pueblo (?) amuchado en la plaza al grito de: "el pueblo quiere saber de que se trata", consigna que algunos repiten todavía y otros se preguntan si alguna vez lograran saber de que se trata, quería desvincularse de la madre patria.
Ese 25 de Mayo, aprovechando que don Fernando el Borbón había sido corrido del trono por el natural de Córcega, se instalaron en el Cabildo algunas figuras prominentes de la ciudad: prósperos comerciantes, doctores en leyes, contrabandistas y hasta curas a fin de formar gobierno local y manejar la "caja".
Siempre con la idea de consensuar pasan los tiempos y llega el año 1813 y se arma la asamblea, la recordada Asamblea del Año XIII con la idea de decretar la tan ansiada libertad y terminar de romper las cadenas que ligaban a estas tierras con la Europa española. Aunque no pudieron concretar esa pretensión, establecieron el diseño del Escudo Nacional, contrataron a don Vicente y a don Blas para que escribieran el Himno Nacional que luego arreglaría el rockero Charly, abolieron "en parte" la esclavitud, derogaron la inquisición y las torturas, detalle este último que años después un tal Paty, fabricante de ricas hamburguesas, ignoró olimpicamente. Pero de independencia quedó solo el deseo, pues se habló poco y nada.
Siguieron las discusiones y debates, acuerdos y desacuerdos. Monarquía o República.
Mas reuniones, esta vez un congreso en el Jardín de la República, tierra de buenos limones y dulce caña. Lugar al que acudieron los señores diputados-elegidos a dedo porque en esos tiempos no existía el derecho obligatorio del sufragio universal entre los incultos habitantes del territorio al sur de los Estados Unidos de América-viajando por senderos polvorientos, mal alimentados, llenos de tierra y escasos de duchas. No se imaginaban por esos días como serían los viajes de sus colegas 200 años después.
Cuentan que el congreso se reunió en Tucumán un poco para demostrar a los realistas que no les tenían miedo aunque anduvieran de tropelías en las cercanías y otro tanto para ponerle límite a los altivos porteños, que dejaran de creer que todo era Buenos Aires aún conociendo eso de que Dios atiende en la ciudad autónoma.
Era el año 1816 y sin apuro iban llegando, unos a lomo de mula otros en diligencias, carretas, jardineras y algún representante de localidad cercana hizo el camino a pie, por recomendación médica por eso de que caminar es bueno para la salud.
No existen demasiados datos de los lugares donde se alojaron los sacrificados viajeros, si del lugar de reunión del congreso. Era una casa. la mas grande del poblado(muchas no habría seguramente) propiedad de doña Francisca Bazan de Laguna quien por contratación directa y sin previo concurso de precios alquiló la misma al funcionario que organizaba el citado congreso. No hay detalles del precio abonado o si hubo algún tipo de canje porque gracias al promocionado evento, el valor de la propiedad conocida actualmente como "la casita de tucumán" aumentó considerablemente, sin olvidar que fue remodelada para la comodidad de los representantes provinciales. A pesar de que años después un ilustre hijo de esa provincia y conquistador del desierto ordenó demoler.
El 9 de Julio de 1816 con la presencia de 28/33 (?) diputados representando a las provincias de Córdoba, Catamarca, Buenos Aires, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, Tucumán, Mizque, Charcas y Chichas se concretó la votación bajo la presidencia de don Francisco Narciso de Laprida, antepasado del fabricante de los famosos cuadernos, y formalmente diciendo: " Queréis que las provincias de la Unión sean una nación libre e independiente ........? entonces los diputados gritaron a coro: Siiiiiiiiiiiiiiiii, queremos y se abrazaron y al fin se declaró la independencia rompiendo de esa manera los vínculos de dependencia con la monarquía española. Con la aclaración hecha días después con respecto a que además de la cuestión con España, no existiría dependencia con ninguna potencia extranjera (...)
Y como era costumbre en la época hubo festejos, baile, guitarreada, trasnoche, vino patero, pastelitos dulces y obviamente empanadas, tucumanas por supuesto!
Conviene aclarar que no todas las posiciones estuvieron representadas y que no todas fueron consideradas. A simple vista a pesar de ser un congreso con mayoría unitaria se valoraron las propuestas federales de San Martín, Belgrano y Monteagudo. Y comenzaron las discusiones de que forma de gobierno debería adoptarse para el nuevo estado. Estando en el tapete la moción federal, la unitaria y también la de la monarquía atemperada.
Después de muchos años transcurridos aún hay gentes que en los corrillos de reparticiones públicas, tertulias de bares, y colas de ferias municipales, se preguntan eso de "independencia de quien?" y si algún día será realidad ese deseo.
Independencia real obtuvieron las provincias entre si sumiendo al país en un estado de cierta anarquía.
Algunos piensan que la declaración no fue mas que un acto formal, algo así como una homologación ya que el país tenía en ese entonces bandera, himno, gobierno propio y moneda.
Tiempo mas tarde la discusión era entre unitarios y federales, unos proclamaban que la independencia incluía cultura propia y para los otros independencia significaba soberanía, polémicas que siguen encendidas por estos tiempos.
Es bueno saber que después de ese 9 de Julio hubo otras intentonas de gobiernos alardeadores que siguieron prometiendo independencia tanto de países como de organismos internacionales. Intentos frustrados porque luego de los discursos y arengas independentistas los miembros de esos gobiernos viajaban prestamente hacia los países imperialistas y usureros para hincarse de rodillas pidiendo disculpas y bajándose calzoncillos o bragas según el sexo del funcionario de turno, rogando que tal actitud se mantenga en absoluta reserva. Siempre con la soberbia que los caracteriza volvían a humillarse solicitando los dineros necesarios para cubrir los despilfarros propios que luego, algún día pagarían los abnegados habitantes de estas tierras sureñas.
Hoy a casi dos centurias del primer festejo tucumano hay gente que piensa que la independencia absoluta no existe, que no fue ni será posible y que es una infantil utopía utilizada por líderes demagogos. Que el mundo funciona con la relación entre países poderosos y no poderosos.
Que la independencia no se limita a unos símbolos patrios ni a conseguir títulos en competencias deportivas.
Que la forma de ser independientes esta dado por la seriedad en las acciones, el crecimiento cultural y económico para conseguir en algún momento el acercamiento a los países que deciden y poder discutir y decidir también cuestiones propias en un plano mas o menos igualitario.
Que ser un país independiente es también considerar el nivel de vida de su población y que sin falsos nacionalismos ni patrioterismos sus habitantes sientan que vale la pena ser independientes.
Llegaron otros que se afincaron, edificaron, trabajaron, hicieron negocios, contrabandearon y hasta conspiraron.
Año 1806, esta vez los que descendieron en las costas eran unos tipos rubios tirando a colorados de ojos celestes, educados y ceremoniosos marinos enviados por la corona inglesa con la orden de convertir a los habitantes de esta margen del Río de la Plata en obedientes súbditos. Vale decir que esta vez se quedaron con las ganas pero pudieron escaparse con algunos dinerillos y joyas de estos lares.
Tanto se quedaron con las ganas que al año siguiente regresaron pero otra vez los súbditos de la corona española impidieron que se instalaran y fueron expulsados por un pueblo ignorante de tratados de guerra y de cortesía con los invasores, pueblo comandado por algunos que, próceres en esa ocasión, fueron fusilados por otros próceres diplomados de tales en la gesta de mayo.
Mayo de 1810, el pueblo (?) amuchado en la plaza al grito de: "el pueblo quiere saber de que se trata", consigna que algunos repiten todavía y otros se preguntan si alguna vez lograran saber de que se trata, quería desvincularse de la madre patria.
Ese 25 de Mayo, aprovechando que don Fernando el Borbón había sido corrido del trono por el natural de Córcega, se instalaron en el Cabildo algunas figuras prominentes de la ciudad: prósperos comerciantes, doctores en leyes, contrabandistas y hasta curas a fin de formar gobierno local y manejar la "caja".
Siempre con la idea de consensuar pasan los tiempos y llega el año 1813 y se arma la asamblea, la recordada Asamblea del Año XIII con la idea de decretar la tan ansiada libertad y terminar de romper las cadenas que ligaban a estas tierras con la Europa española. Aunque no pudieron concretar esa pretensión, establecieron el diseño del Escudo Nacional, contrataron a don Vicente y a don Blas para que escribieran el Himno Nacional que luego arreglaría el rockero Charly, abolieron "en parte" la esclavitud, derogaron la inquisición y las torturas, detalle este último que años después un tal Paty, fabricante de ricas hamburguesas, ignoró olimpicamente. Pero de independencia quedó solo el deseo, pues se habló poco y nada.
Siguieron las discusiones y debates, acuerdos y desacuerdos. Monarquía o República.
Mas reuniones, esta vez un congreso en el Jardín de la República, tierra de buenos limones y dulce caña. Lugar al que acudieron los señores diputados-elegidos a dedo porque en esos tiempos no existía el derecho obligatorio del sufragio universal entre los incultos habitantes del territorio al sur de los Estados Unidos de América-viajando por senderos polvorientos, mal alimentados, llenos de tierra y escasos de duchas. No se imaginaban por esos días como serían los viajes de sus colegas 200 años después.
Cuentan que el congreso se reunió en Tucumán un poco para demostrar a los realistas que no les tenían miedo aunque anduvieran de tropelías en las cercanías y otro tanto para ponerle límite a los altivos porteños, que dejaran de creer que todo era Buenos Aires aún conociendo eso de que Dios atiende en la ciudad autónoma.
Era el año 1816 y sin apuro iban llegando, unos a lomo de mula otros en diligencias, carretas, jardineras y algún representante de localidad cercana hizo el camino a pie, por recomendación médica por eso de que caminar es bueno para la salud.
No existen demasiados datos de los lugares donde se alojaron los sacrificados viajeros, si del lugar de reunión del congreso. Era una casa. la mas grande del poblado(muchas no habría seguramente) propiedad de doña Francisca Bazan de Laguna quien por contratación directa y sin previo concurso de precios alquiló la misma al funcionario que organizaba el citado congreso. No hay detalles del precio abonado o si hubo algún tipo de canje porque gracias al promocionado evento, el valor de la propiedad conocida actualmente como "la casita de tucumán" aumentó considerablemente, sin olvidar que fue remodelada para la comodidad de los representantes provinciales. A pesar de que años después un ilustre hijo de esa provincia y conquistador del desierto ordenó demoler.
El 9 de Julio de 1816 con la presencia de 28/33 (?) diputados representando a las provincias de Córdoba, Catamarca, Buenos Aires, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, Tucumán, Mizque, Charcas y Chichas se concretó la votación bajo la presidencia de don Francisco Narciso de Laprida, antepasado del fabricante de los famosos cuadernos, y formalmente diciendo: " Queréis que las provincias de la Unión sean una nación libre e independiente ........? entonces los diputados gritaron a coro: Siiiiiiiiiiiiiiiii, queremos y se abrazaron y al fin se declaró la independencia rompiendo de esa manera los vínculos de dependencia con la monarquía española. Con la aclaración hecha días después con respecto a que además de la cuestión con España, no existiría dependencia con ninguna potencia extranjera (...)
Y como era costumbre en la época hubo festejos, baile, guitarreada, trasnoche, vino patero, pastelitos dulces y obviamente empanadas, tucumanas por supuesto!
Conviene aclarar que no todas las posiciones estuvieron representadas y que no todas fueron consideradas. A simple vista a pesar de ser un congreso con mayoría unitaria se valoraron las propuestas federales de San Martín, Belgrano y Monteagudo. Y comenzaron las discusiones de que forma de gobierno debería adoptarse para el nuevo estado. Estando en el tapete la moción federal, la unitaria y también la de la monarquía atemperada.
Después de muchos años transcurridos aún hay gentes que en los corrillos de reparticiones públicas, tertulias de bares, y colas de ferias municipales, se preguntan eso de "independencia de quien?" y si algún día será realidad ese deseo.
Independencia real obtuvieron las provincias entre si sumiendo al país en un estado de cierta anarquía.
Algunos piensan que la declaración no fue mas que un acto formal, algo así como una homologación ya que el país tenía en ese entonces bandera, himno, gobierno propio y moneda.
Tiempo mas tarde la discusión era entre unitarios y federales, unos proclamaban que la independencia incluía cultura propia y para los otros independencia significaba soberanía, polémicas que siguen encendidas por estos tiempos.
Es bueno saber que después de ese 9 de Julio hubo otras intentonas de gobiernos alardeadores que siguieron prometiendo independencia tanto de países como de organismos internacionales. Intentos frustrados porque luego de los discursos y arengas independentistas los miembros de esos gobiernos viajaban prestamente hacia los países imperialistas y usureros para hincarse de rodillas pidiendo disculpas y bajándose calzoncillos o bragas según el sexo del funcionario de turno, rogando que tal actitud se mantenga en absoluta reserva. Siempre con la soberbia que los caracteriza volvían a humillarse solicitando los dineros necesarios para cubrir los despilfarros propios que luego, algún día pagarían los abnegados habitantes de estas tierras sureñas.
Hoy a casi dos centurias del primer festejo tucumano hay gente que piensa que la independencia absoluta no existe, que no fue ni será posible y que es una infantil utopía utilizada por líderes demagogos. Que el mundo funciona con la relación entre países poderosos y no poderosos.
Que la independencia no se limita a unos símbolos patrios ni a conseguir títulos en competencias deportivas.
Que la forma de ser independientes esta dado por la seriedad en las acciones, el crecimiento cultural y económico para conseguir en algún momento el acercamiento a los países que deciden y poder discutir y decidir también cuestiones propias en un plano mas o menos igualitario.
Que ser un país independiente es también considerar el nivel de vida de su población y que sin falsos nacionalismos ni patrioterismos sus habitantes sientan que vale la pena ser independientes.
miércoles, 6 de julio de 2011
Trapitos y la Copa América
Según el diccionario callejero se dice "trapito" a unos muchachitos o muchachones, algunos menores y otros no tanto que tienen como metié cuidar (?) coches y limpiar parabrisas y lunetas en cruces de calles y avenidas o en inmediaciones de parques, plazas, estadios de fútbol y otros lugares públicos. Como contra partida a dicha labor esos muchachones, tipos de prontuario complicado e impresentables en la mayoría de los casos, intiman a los automovilistas a entregarles una moneda mediante el gesto consistente en unir el dedo índice con el pulgar de la mano derecha que levantan amenazantes. En el caso de los que cuidan coches, ya no provocan con el pedido de moneda, éstos fijan una tarifa que ronda los $ 20 de la moneda nacional que convertida a moneda del país del norte resulta cercano el precio a 5 dólares. Según el comentario de algunos extorsionados, guay!!! con no aceptar la propuesta de los trapitos, porque el automóvil puede resultar dañado por alguna patadita o rayita profunda en la pintura.
Cabe aclarar que de existir justicia estos funestos personajes no pulurarían por calles y paseos.
Enterados ya del significado del término "trapito" y del accionar de los mismos, vale ahora la transcripción de algunos párrafos de la nota aparecida en el opositor diario Clarín de la fecha con motivo de la celebración en la cuidad de Santa Fe de la Copa América:
"...la municipalidad de la ciudad de Santa Fe le otorgó a unos treinta limpiavidrios un sueldo de 700 pesos por los días que dure el acontecimiento continental, para hacer de promotores turísticos: entregan un folleto de bienvenida y de información útil para el turista...."
"...entonces la pregunta cayó unificada: ¿Que harán después de la copa? ..."
Como en la ciudad capital de la provincia existe oficialismo y oposición, esta última para demostrar su presencia se hace oír:
"... el arco opositor pidió que exista un contrato con las respectivas PRESTACIONES SOCIALES, tales como APORTES Y OBRA SOCIAL, por el tiempo que dure la Copa América..."
Mientras, don Manolo reflexionaba en silencio. Pensaba que tal vez en próximos acontecimientos deportivos o culturales, llamarían a cartoneros para dar clases en las escuelas sobre la fabricación de papel, ocuparían a los violadores para cuidar plazas o libertarían a ladrones para custodia de bancos. Ayyyyyyyy las cosas que se le ocurren a éste hombre!
Cabe aclarar que de existir justicia estos funestos personajes no pulurarían por calles y paseos.
Enterados ya del significado del término "trapito" y del accionar de los mismos, vale ahora la transcripción de algunos párrafos de la nota aparecida en el opositor diario Clarín de la fecha con motivo de la celebración en la cuidad de Santa Fe de la Copa América:
"...la municipalidad de la ciudad de Santa Fe le otorgó a unos treinta limpiavidrios un sueldo de 700 pesos por los días que dure el acontecimiento continental, para hacer de promotores turísticos: entregan un folleto de bienvenida y de información útil para el turista...."
"...entonces la pregunta cayó unificada: ¿Que harán después de la copa? ..."
Como en la ciudad capital de la provincia existe oficialismo y oposición, esta última para demostrar su presencia se hace oír:
"... el arco opositor pidió que exista un contrato con las respectivas PRESTACIONES SOCIALES, tales como APORTES Y OBRA SOCIAL, por el tiempo que dure la Copa América..."
Mientras, don Manolo reflexionaba en silencio. Pensaba que tal vez en próximos acontecimientos deportivos o culturales, llamarían a cartoneros para dar clases en las escuelas sobre la fabricación de papel, ocuparían a los violadores para cuidar plazas o libertarían a ladrones para custodia de bancos. Ayyyyyyyy las cosas que se le ocurren a éste hombre!
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